martes, 6 de noviembre de 2007

no sé cómo sigue la historia. y eso me desespera. no, no me genera la maravillosa sensación de estar creando algo y no saber qué va a venir. No, ahora no. Me desespera como una mosca en el oído. Quiero saber qué va a pasar. Y eso sólo está en mi mente. Y por eso ahora me odio. Me desespera. Quiero salir. Quiero tirarme al sol y solo pensar en el calor que tengo. Quiero meter los pies en una fuente. Y después la cabeza y quedarme unos minutos así hasta salir azul y sentir el aire fresco que entra en mis pulmones ahogados. quiero revivir y para eso es necesario morir. quiero soñar otras cosas. otros finales. y sueño siempre el mismo. quiero engañarme y creerme feliz. no estoy tranquila. no sé por qué. me presiona la persiana. la subo. uf, ya está. era eso. solo subir la persiana y ver a través de la ventana el muro. el muro está ahí, es concreto. de concreto. entonces no hay que imaginarlo. qué placer. qué liviandad que todo esté así dado. pero dura unos momentos. después todo vuelve a flotar y tengo que ir agarrando cosas para poder sobrevivir. porque sino se escapan rápido. todo pasa rápido en este río. los peces, las algas, corren como si llegaran tarde a algún lado. pero todos los lados están acá, o allá o donde querramos. si quisiera llegar acá, ya lo hubiera logrado y todo sería mucho más fácil. pero no. la señorita quiere ir más allá. quiere saber el final de la historia ahora. no, chiquita, para eso vas a tener que sufrir mucho. horas de insomio, de exposición. porque crear es exponerse. y creer también. y tienen una sola letra de diferencia. pero volvamos al desierto de donde venimos. sí, ya sé, nadie entiende nada. pero vos te estás pinchando con un cactus y eso sí que lo entendés y muy bien. bueno, ya es hora. de levantarse. de romper las hojas. de borrón y cuenta nueva. Mozo, la cuenta!