miércoles, 27 de febrero de 2008

Frase del día

"Dime de qué alardeas y te diré de qué careces"

Jacques Lacan.

lunes, 25 de febrero de 2008

Frase del día

"La angustia es el vértigo de la libertad"

Soren Kierkegaard

viernes, 22 de febrero de 2008

Enamorada de La Otra

Simplemente maravilloso.


Esas voces, con esa sensación de ser sentidas en cada sonido, en cada respiración. Un grupo de voces y más que eso. Se conjugan en un juego de letras que dicen que mueven que parecen que se pierden y en realidad no hacen más que encontrarse.

Hace un tiempo me encontré con un sueño. Hoy lo asumo como objetivo. Quiero cantar. Quiero sentir ese vibrar en mi cuerpo. Y bailar. Es todo lo que siento hoy que necesito. Pero fiel a mi estilo las decisiones se toman despacio. Y creo que es lo mejor porque también así se construyen y hay una base que las sustenta. Después el puntapié final -inicial- y la rueda gira. Y aunque la hagamos girar para el lado que queramos, no sabemos dónde va a parar. En la vida hay algo de decisión y bastante de devenir, con alguna pizca de circunstancia y una cucharadita de compañía.

Pero me fui de tema. El tema era La Otra. El tema puede ser Pippo, pero sobre todo Susana. Prometo intentar subirlo. Y que se deleiten con ellas también ustedes que no sé quienes son. Fantasmas de la noche que leen palabras escritas al aire.

Y para colmo, también hoy estuvo Clarice -en una magnífica versión española-. Mi amada Clarice que tanto me alumbró con sus crónicas las tardes sol y de lluvia torrencial brasilera.
"Es sólo una mujer que entra en tu piel" o algo más que eso. Son muchas mujeres que entran en una sola. Yo. Que se mezclan con un poco de vino y algo de torpeza.

Ana nos firmó el disco. Es tan bonita y sencilla como sus canciones. Tan rubia y flaca como en las fotos. Es como es. Y si se descalza muestra los pies. Y aunque a J.J. no le guste, yo pongo una ficha en Candy con su diapasón, y también en la gorda-que-hace-chistes-todo-el-tiempo. Completando el cuadro, la ermitaña con su voz de ausencia, cubre las canciones con su presencia invisible.

Me extendí demasiado cuando tres palabras bastaban: disfruté como loca.

miércoles, 20 de febrero de 2008

La Tregua II

La muerte es una tediosa experiencia; para los demás, sobre todo para los demás. (...) Pero todo fue siempre demasiado obligatorio como para que pudiera sentirme feliz.

Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar en seguida el reloj.

Siempre aparecían en fila como esperando turno para ingresar a mi miedo.

Compramos algún libro, algún disco, pero más que cualquier otra cosa nos entretiene hablar, hablar de nosotros, referirnos toda esa zona de nuestras vidas que está antes de Lo Nuestro. No hay diversión, no hay espectáculo que pueda sustituir lo que disfrutamos en ese ejercicio de la sinceridad, de la franqueza. Ya vamos adquiriendo un mayor entrenamiento. Porque también hay que habituarse a la sinceridad (...) me he encontrado pronunciando palabras que me parecían más sinceras aún que mis pensamientos. ¿Es posible eso?

Porque estoy fatigado (y en este caso la fatiga es casi un asco) del disimulo, de ese disimulo que uno se pone como una careta sobre el viejo rostro sensible.

Ojalá te sientas a la vez protector y protegido, que es una de las más agradables sensaciones que puede permitirse el ser humano.

'Falleció' dijo la voz del tío. La palabra es un asco. Falleció significa un trámite.

Porque en el fondo yo tenía fe en que hubiera prórrogas, en que la cumbre no fuera sólo un puinto, sino una larga meseta.

martes, 19 de febrero de 2008

Frase del día

"Existen dos maneras de ser feliz en esta vida,
una es hacerse el idiota
y la otra serlo."

lunes, 18 de febrero de 2008

La Tregua

Leo "La tregua" y pienso como me conmueven las cartas escritas por muertos. Creo que me genera cierta ternura la ingenuidad frente a su propia muerte. Y quién no lo es, acaso. De la propia muerte y de la ajena.

Aunque venga con preparación de años, la muerte es siempre imprevista.

Y hablar de la muerte me trae recuerdos. En realidad pensamientos pasados.

Yo también, como Martín Santomé, perdí la sonrisa, pero sobre todo el brillo en los ojos. La frescura adolescente se tranformó de golpe en respoansalbilidad adulta. A los quince años.

Y creí durante muchos años que no iba a recuperar la risa espontánea, la despreocupación y sobre todo el brillo feliz de mis ojos.

Hoy sé que la risa la recuperé, aunque lo disimule con mi cara seria. La despreocupación ahora es más bien confiar en mi sentir o parecer. En que necesito un poco menos - sólo un poco o quizás lo normnal- la aprobación ajena.

Pero el brillo de los ojos no. Sí, es una cursilería. Y quizás yo ponga en ese brillo esta ausencia; irrecuperables ambos. Como si necesitara ausentar algo de mí para acompañar (soportar) esa ausencia ajena.

Puedo ser feliz, lo sé, pero el brillo se lo regalé a él. Y por ahora nadie me avisó si lo recuperé. 

A punto de terminar el libro me siento por momentos engañada. Veo al autor queriendo decir algo a través de alguien (léase personaje), pero poniéndolo en otro. Y quizás eso sea escribir. Pero me gustaría no ver al autor, claro. Ser bien engañada. Además descubrí un par de fallas, de grietas, más concretamente en un paréntesis descubrí al autor justificando una opinión de su personaje. Y eso no lo perdono. Los personajes son como son, sin justificación. Además de la contradicción de las cartas (¿se escribían o no?). Me gustaría escribile a Mario y preguntarle.

miércoles, 13 de febrero de 2008

mi canción

radiante
sonriente
paseante
cantante
te miro cambiarte

soy esa que te habla al oído
de tu camisa a rayas
que te pones distraído
y no deja que me vaya

distante
sincera
como una flor en primavera

soy esa que dice
de cualquier manera
que no hay un instante
que no quiera mirarte
que aún hay cordura
en la dulzura distante

un punto
en el cielo
en tus ojos
de oso
parlante
me dice
me cuenta
que en el mar se pierden
las olas
que dicen
las cosas
que todos sienten
que nadie controla

parece mentira
que un día quisimos
atar la deriva
a una balsa de sueños

quién puede esconder
el deseo de ser
una piedra
un minero
que busca el mar
en un cenicero

en 12 segundos de oscuridad
te espero
me muero
y vuelvo a nacer como un limonero

no es nada fácil
perder el reflejo
de los años viejos
que se hacen presentes
en nuevos complejos

ausente
corriente
buena gente
paciente
ferviente
actriz incipiente

soy una que piensa
que solo la luna
puede mover
a cualquier laguna

soy la que no miente
soy transparente
independiente
soy la que busca
ir contra la corriente
bajo la pendiente
de un alma amorosa
que juegue con fuego
y se queme con rosas.

PD: hoy quise que me escriban una canción. y la terminé escribiendo yo. quien quiera ponerle música, bienvenido sea.

viernes, 8 de febrero de 2008

Hoy recuperé mi ex blog. No era tan difícil. Tan solo había que tener realmente ganas.

Y ahí están todas esas palabras que releo, tan lejanas y tan actuales a la vez. Me reencuentro conmigo, con otra que fui, con esta que soy ahora. Y no es tan distinta. Quizás sea cierto que la esencia no cambia.

Me encanta. Volver a leerme como si las palabras hubieran sido escritas por otro. Pero soy yo. Y me recuerdo en noches eternas, frente a la pantalla, refugiándome en el teclado, sabiendo que nadie iba a leer lo que me estaba sucediendo. Porque nadie sabía de su existencia. Y era lindo. Perfecto. Un lugar mío. Público y sólo mío. Fue un placer. Hoy decido abrirlo. Porque soy otra. Porque tengo otros lugares míos y sólo míos. Porque me cuesta ocultarme. Y aunque vuelva a caer -y ya parece costumbre-hoy prefiero arriesgarme y sufrir. Prefiero ser sincera y creer. Y que otros carguen con la desilución.

Ahora ya saben. Bienvenidos son: esquivainfame.blogspot.com


jueves, 7 de febrero de 2008

Crónica de un viaje no anunciado

Día 2.
Dormir hasta el medio día. Más tarde de turista. Más lugares de nombres que no recuerdo. Ahora los días se desdibujan, como si hubieran sido uno solo. El más largo de todos. El más intenso. Me acuerdo que no me terminé el chocolate de San Ginés, y que no comí churros. Herida mortal.
Encuentro con amiga de P. a la que le tiene que dar un libro o ella a él o una bufanda, o al revés, o no sé, que más da, algo intercambiaron.
Noche de match, con elefantuche (elefante de peluche, para los no entendidos) incluido. Después presentación de amigos (Cuccí quiso que le presenten a una novia -y esa palabra me toma de sorpresa- y sólo le presentan a una amiga. Qué desilución se habrá llevado) Cerveza, tapas y ronda de preguntas absurdas. ¿Prueba superada? Por suerte pude vengarme con Carras. Parece que el sueño se fue de tapas y nosotros debajo del edredón irlandés hacemos eso que parece que no sirve para nada, pero que al final siempre termina siendo mejor: hablar. Y las palabras nos envuelven y son dulces, saladas, húmedas y secas. Fui tan dócil como guante y tan sincera como pude -como diría Cerati-. Aunque todavía no sé si el usó mi cabeza como un revolver

miércoles, 6 de febrero de 2008

martes, 5 de febrero de 2008

Crónica de un viaje no anunciado

Día 0 y 1.
Lunes. 19 hs.
Bs. As. me despide con un calor agobiante. Las 12 hs se pasan volando -literalmente-. Duermo, como, duermo, como, escucho música. Después de buscar tres cuartos de hora mi valija, que encuentro solitaria en un rincón del aeropuerto, salgo por la puerta, como en las películas y ahí está. Esperando. Me roba un beso, quizás como venganza por los niños rumanos.
Madrid me recibe en una comisaría, -no porque haya denunciado a P., porque al fin y al cabo esos besos eran de él, tarde o temprano- sino por los niños rumanos.
Luego, la presentación formal. Los regalos, la timidez disimulada, las fotos, sensación extraña. No entiendo nada. Estoy aturdida. Comemos cosas muy ricas, eso sí que lo entiendo. Y salimos. Tarde de turista. Plaza Mayor y otros sitios. Caminar, caminar, caminar. Todo me sorprende, todo me encanta. Volver, de nuevo comer muy rico, inflar el colchón. ¿Resistirá? Por las dudas...