martes, 25 de diciembre de 2007

solo una frase

cierra los ojos

lo hago

y las lágrimas se adueñan de ellos.

es solo eso. ese instante el que me lo pides, ese instante en el que lo hago. y en el medio, agua, agua, mucha agua y quién sabe cuántas cosas más. y me encuentro queriendo estar en otro sitio, me encuentro diciendo "sitio" en vez de lugar. me encuentro y no sé dónde estoy si acá o allá. o en ninguna parte. a mí también me encantan los nuevos tiempos, los tiempos nuevos. esa adrenalina inconsciente, esa frenesí casi dramático de no saber lo que se está haciendo. y claro, la seguridad de ampararse en la ignorancia, que es la mejor amiga de la inseguridad. impulsos. acá estoy. pierdan cuidado.

domingo, 23 de diciembre de 2007

bien sabemos que esto no es más que un sueño.


y qué va explicar nada. es tan jodido. la distancia y los 10.000 km, y el océano y los cables que van debajo de él y nos conectan y nos desconectan al mismo tiempo. 

y las imágenes y los recuerdos y las bicicletas pasan y me atraviesan. y no me llevan a ninguna parte. quedo anclada aquí en esta ciudad de promesas imprudentes. 

miedo.
de nuevo miedo.
como el primer día.

euforia de sentirme libre
no quedan palabras. no sé nada. 
sigo sin entender; es mágico. 

dos velas apagadas y el cuadro de una bicicleta aguardan en pausa la llegada del viajero. la hojas caerán y llegará el otoño. dos meses son siglos y segundos. y el miedo es no volver. a ser los mismos. el miedo es haber dejado todo atrás y que el presente termine ayer. 
porque alguien dijo por ahí:
la distancia no es cuánto nos separemos
la distancia es si no volvemos.

pero desconfío, sinceramente. hoy estoy así. y creo que es de nuevo el miedo. 

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Sí, es verdad. A la distancia todo se ve borroso. Los recuerdos parecen falsos o no se distinguen. Como si hubiera sido otro aquel, otro lejano, inalcanzable ya.
El tiempo y la distancia nos obligan a elegir qué recordar. Y esa es la diferencia. En los recuerdos es en donde las personas se revelan distintas. En los recuerdos que elijen. Yo elijo recordar lo mejor. Lo demás, lo abandono delante de cualquier puerta. Ya lo borré. Ahora no existe. Ya no es en mí más que una huella. Pero esa huella, tenue, permanece y se hace cada vez más honda. Aunque nunca transitemos por ahí. Aunque nuestro camino corra en paralelo, el otro cercano nos acecha.
Eso lo entiendo ahora. Que entiendo algunas cosas más. Y otras menos. Yo elijo el camino principal, sí. Pero el paralelo corre más rápido a veces y llega antes a donde vamos. Un olor, un sonido, una canción. Todo evoca algo, alguien. Que se perdió, o se perderá. Como un ciclón, se renuevan los vientos, se despeinan los días y yo andando, buscando un poco de sol donde secar mis velas.

lunes, 17 de diciembre de 2007

good morning

una daga atravieza mi sueño.
un sonido crispado y amenazante me envuelve.
se derrama un rayo de luz por la habitación.
abro los ojos.
despacio.
y todo está como lo dejé anoche.
sí.
todo menos vos.
que quedaste ahí, en el recital, en lo de Pedro, en el brownie con helado.
tengo la sensación de haber vivido un sueño.
creo que me dormí el viernes y me desperté hoy.
dos días que fueron meses, que fueron segundos.

y se callan. y ausentes de todo sitio se pierden en redes que no cazan nada en redes con agujeros en redes de recuerdos que nunca existirán. perdidos, volando, como dibujados con crayón van chapoteando océanos, van dejando de ser, se van borrando hasta confundirse con las paredes, los árboles, el viento.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

más que mil palabras

Melancolía (1899) de Edvard Munch

martes, 11 de diciembre de 2007

dulce de melancolía

y ahí está. me mira en su rincón, con esos ojitos pequeños y frágiles. a veces creo que la pierdo, y entonces la busco. pero en general aparece cuando menos la espero. como las lluvias tropicales, torrenciales y breves. viene, me abraza con sus brazos largos y flacos. y yo me entrego, porque es dulce a pesar de su mala fama. 
a veces se parece a la otra. esa que me persigue todo el tiempo, que me cela, que no me deja nunca. esa que amo, que si la pierdo me muero. 
hoy, como muchas veces, la melancolía se mezcla con la soledad y nace una tristeza vieja, que ya existía, que renace en este momento. 
una música suena y sueña. 
si vivir es soñar, yo me quiero dormir. y sigo despierta. entonces quizás sea esto lo que se siente cuando se vive. esta sensación de incertidumbre constante, este abismo que se acerca y se aleja. estas palabras que brotan de los sonidos de la habitación, del silencio roto por el ruido que la heladera hace siempre a esta hora de la noche. 
Puede ser que ella, como yo, también se sienta sola. Puede ser que espere una escapada furtiva y nocturna, alguien que se refleje con su luz y la saque de su ausencia de hielo. 
Puede ser que los objetos se hayan cansado de acecharnos y quieran ser acechados ellos también. El cambio es constante. Y si hoy al fin me muero, será sola y melancólica, será como soy, como debe ser. 

siempre me sucede después de mostrar algo.
me queda la excitación de la exposición.
mostrarme es también demostrarme, y eso me provoca una sensación extraña como si algo de mí se perdiera entre la gente. esa sensación de ser observado a la distancia pero fijamente.

dejar caer una parte de uno y entregarla. eso deja una sensación de vacío. y después irse. hoy ya me siento más íntegra. pero más débil. quizás es que soy un poco menos, quizás es que me olvidé algo ahí. perdí unas palabras en otras bocas, dejé de lo que era ayer. ahora soy otra.

domingo, 9 de diciembre de 2007

fin de semana

(((silencio. grillos. desayuno en tiffany's)))

todo lo que diga sobra

son dos

y eso es mucho

son uno

y podrían ser menos

qué más da.

a la orilla del río el horizonte está lejos. el amanecer sucede pero no nos importa. es como sino estuviéramos, pero estamos. en el río que nos hunde y nos ahoga.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

anoche

no sé si era el frío o eran los besos
pero los cuerpos temblaban,
lo sé.

y nada más...

martes, 4 de diciembre de 2007

deseos (II)

quiero robar el viento y regalárselo a un globo.

quiero que me digan que ya pasó, que todo está bien, que nada malo va a suceder.

quiero consquitarme, poder gobernarme anárquicamente. pero escapo de mí, una vez más.
y ya estoy harta de consolarme. de decirme que algún día va a llegar el maldito momento en el que mi yo se atreva a atravezar el cristal y rompa con esta coraza que me atrapa.

soy sincera igual. lo sé. pero el miedo no me lo saca nadie.

no, alguien lo va auyentar. pero solo si yo lo dejo, cosa que por ahora me resulta difícil.
quizás tenga que ser a la fuerza. alguien con coraje entonces. y con fuerza, porque soy resistente.

ayer no podía dormir de todas las cosas que me daban vueltas en la cabeza. me hubiera levantado a escribir. pero no lo hice. lo dejé para hoy. y hoy siento que no puedo capturar nada. ya el día empañó las palabras. la noche las abriga como pequeñas alimañanas, como ciénagas perfumadas. entonces al amanecer duermen refugiadas entre mis sábanas para esperarme dormitando hasta la noche. allí estaré envuelta entre tules de dudas y mantas invisibles, como todas las noches. (o casi)

domingo, 2 de diciembre de 2007

la soledad cae como copos de nieve que se deshacen al caer la noche

un corazón como de alambre, como de alfombra me pide fuego. le doy sed.  y me sonríe. 
suceden cosas extrañas en esta ciudad. sobre todo cuando no se busca nada. 
se siente el olor a jazmín las ganas de hacer algo y el placer de no hacer nada. 

hoy nieva y dejé la ventana abierta.